BOGOTÁ (COLOMBIA). Viernes 9 de agosto de 2024. El asesinato de Juan Sebastián Aguilar, conocido como “Pedro Aguilar” o “Pedro Pechuga” en el mundo de las esmeraldas, impactó profundamente a la ciudadanía. Este comerciante murió el 7 de agosto de 2024 a manos de un francotirador en el conjunto residencial Bosques de Márquez, en Usaquén, Bogotá. Las autoridades investigan el caso con intensidad, buscando respuestas para un crimen que ha sacudido tanto a Bogotá como a la comunidad esmeraldera.
#ElHumordelasVillas recuerda al amigo Pedro “pechuga” Duré, ayer se nos adelantó en el viaje a la eternidad. Nos conocimos en los años 60 y allá por 1980 dedicó unos versos al Boliche publicados en el Nº 15 de la revista.
Así quiero recordarte siempre amigo Pechuga. pic.twitter.com/Sc7H8OwH0f— Luis “chiquito” Conte y alias “Vatefantasma” (@elderecero) July 6, 2024
Investigación del Crimen y Pistas Claves de el Asesinato de Juan Sebastián Aguilar
El Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía centra sus esfuerzos en las pistas halladas en la zona boscosa cercana al lugar del asesinato. Una de las evidencias más importantes es una colchoneta que sugiere que el francotirador se ocultó durante varios días, esperando el momento adecuado para atacar.
Los drones han sido herramientas cruciales en la investigación. Estos dispositivos permiten mapear las posibles rutas de escape del asesino. Las autoridades consideran que el francotirador escapó hacia La Calera o la carrera Séptima. Además, se plantea la posibilidad de que el criminal usara un caballo para huir rápidamente a través del bosque, aprovechando el terreno para evitar ser capturado.
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Reacciones en la Comunidad Esmeraldera
La comunidad esmeraldera, especialmente en Chiquinquirá, de donde era originario Aguilar, siente un profundo impacto por este asesinato. Aguilar, quien jugó un papel importante en la seguridad del fallecido Víctor Carranza, era una figura reconocida en el sector. Fedesmeraldas, gremio que agrupa a los esmeralderos en Colombia, expresó su rechazo e indignación por el crimen. Además, exigieron a las autoridades una investigación rigurosa y rápida para identificar y castigar a los responsables.
Este trágico hecho no solo representa la pérdida de una vida, sino que también pone en riesgo la seguridad y estabilidad de un sector históricamente conflictivo en Colombia. La comunidad esmeraldera espera que las autoridades refuercen las medidas de seguridad para prevenir futuros incidentes como este.