BOGOTÁ (COLOMBIA). Martes 26 de noviembre de 2024. El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, afirmó en redes sociales que su país ha superado a Canadá en términos de seguridad. La declaración surge en respuesta a un análisis publicado en la plataforma X (antes Twitter), que destaca los avances del gobierno salvadoreño en la lucha contra las pandillas y la reducción de homicidios.
El cambio en la seguridad salvadoreña
Según el hilo publicado por la cuenta ImpactoEterno, El Salvador pasó de tener la tasa de homicidios más alta del hemisferio occidental en 2015 a ocupar el segundo lugar más bajo en 2024, solo detrás de Canadá. Sin embargo, Bukele añadió que “El Salvador ya es más seguro que Canadá”, respaldando su afirmación con los resultados de su estrategia de seguridad.
Hilo recomendado.
Solo una aclaración:
⁰Canadá tuvo una tasa de homicidios más baja en 2023, pero en 2024, El Salvador ya es más seguro que Canadá. https://t.co/Garxjp9lKl— Nayib Bukele (@nayibbukele) November 24, 2024
El análisis de ImpactoEterno detalla cómo las pandillas, incluyendo Barrio 18 y Mara Salvatrucha, operaban de forma impune hasta la implementación del régimen de excepción en marzo de 2022. Este régimen, aprobado tras el asesinato de 76 personas en solo tres días, permitió al gobierno intensificar sus acciones contra el crimen organizado.
Críticas y controversias
Aunque Bukele destaca la mejora en la seguridad, su política no está exenta de críticas. Organizaciones de derechos humanos han denunciado encarcelamientos de personas inocentes y la muerte de cientos de reclusos bajo el régimen. A pesar de estas acusaciones, la cuenta ImpactoEterno señala que la mortalidad en cárceles salvadoreñas es más baja que en Estados Unidos, aunque no se proporciona una fuente específica para esta comparación.
Seguridad como prioridad
La reducción de homicidios posiciona a El Salvador como un ejemplo regional de lucha contra el crimen. Sin embargo, las implicaciones sociales y los cuestionamientos a las medidas utilizadas generan un debate sobre los límites entre seguridad y derechos humanos.