BOGOTÁ (COLOMBIA). Viernes 19 de julio de 2024. Un colapso global de los servicios de Microsoft ha provocado un caos sin precedentes en aeropuertos y bancos de todo el mundo.
El problema, que comenzó en la madrugada del 19 de julio de 2024, afectó a miles de computadoras y sistemas críticos que dependen de las soluciones de Microsoft, causando interrupciones significativas en operaciones aeroportuarias y bancarias.
Caos en aeropuertos
La interrupción afectó gravemente a los aeropuertos, donde los sistemas automatizados de control de pasaportes dejaron de funcionar, obligando a realizar los controles manualmente.
En aeropuertos como Heathrow, Gatwick y Manchester, los pasajeros enfrentaron largas esperas, con muchos atrapados en aviones debido a la falta de espacio en las terminales, Las escenas eran caóticas, con filas que duraban varias horas y pasajeros frustrados que perdieron conexiones y vuelos.
Parálisis y caos en el Sector Bancario
Simultáneamente, el sector financiero sufrió una paralización significativa. Bancos en múltiples países reportaron fallos en sus sistemas de transacciones y cajeros automáticos, dejando a los clientes sin acceso a sus cuentas y fondos.
La interrupción en los sistemas de Microsoft Azure, utilizados por muchos bancos para sus operaciones diarias, fue la principal causa del problema.
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Respuesta y recuperación
Las autoridades y equipos de TI de todo el mundo trabajaron frenéticamente para restaurar los servicios.
En los aeropuertos, los controles manuales se implementaron rápidamente para mitigar el impacto, mientras que los bancos activaron sus protocolos de emergencia para asegurar los fondos y datos de los clientes.
A pesar de los esfuerzos, el restablecimiento completo de los sistemas tardó varias horas, y las repercusiones del incidente aún se sienten.
Imágenes apocalípticas del caos en aeropuertos
Las imágenes y videos compartidos en redes sociales mostraban escenas que parecían sacadas de una película apocalíptica: largas filas de pasajeros cansados y frustrados en aeropuertos abarrotados, y clientes bancarios haciendo fila en los cajeros automáticos sin poder retirar dinero.
Estos eventos han resaltado la dependencia crítica de las infraestructuras modernas en la tecnología y los riesgos asociados con fallos masivos en sistemas tecnológicos globales.