BOGOTÁ (COLOMBIA). Lunes 23 de diciembre de 2024. El feminicidio en Medellín sigue siendo una problemática que requiere atención prioritaria. El reciente asesinato de María Alicia Muriel Muriel, presuntamente a manos de su expareja, pone en evidencia la necesidad de fortalecer las estrategias de prevención y justicia frente a la violencia de género. Este caso, ocurrido en la comuna 13, ha conmocionado a la comunidad y destaca la urgencia de actuar ante los factores que perpetúan estos crímenes.
La secretaria de las Mujeres de Medellín, Valeria Molina, rechazó la violencia de género, al reportar el asesinato de María del Pilar Carvajal, María Ercilia Holguín y María Alicia Muriel, tres mujeres que, presuntamente, fueron víctimas de feminicidio este fin de semana pic.twitter.com/X4DRrdfqZp
— RCN Radio Medellín (@RCNMedellin944) December 23, 2024
Contexto y cifras alarmantes
De acuerdo con la Secretaría de Seguridad de Medellín, en lo corrido de 2024 se han registrado 17 feminicidios, una cifra que, aunque menor a la del mismo periodo de 2023, refleja la persistencia de este flagelo. Las estadísticas revelan que la violencia de género representa una de las principales causas de homicidios en la ciudad, acumulando 20 casos en este año. Estos datos subrayan la necesidad de reforzar la atención integral a las víctimas y el trabajo preventivo.
Investigación en curso
En el caso de María Alicia, las autoridades avanzan en la investigación para esclarecer los hechos. Según los reportes iniciales, el presunto responsable actuó por motivos de celos, situación que evidencia la importancia de educar sobre las relaciones basadas en respeto y equidad. Este hombre ya fue capturado y será presentado ante un juez para responder por el delito de feminicidio, un crimen tipificado que busca visibilizar y sancionar la violencia extrema contra las mujeres.
Medidas necesarias
Prevenir el feminicidio en Medellín implica un enfoque integral: desde campañas educativas y acceso a recursos de apoyo para las víctimas, hasta una justicia eficaz y programas que desarticulen las dinámicas de violencia. Este desafío no solo es una responsabilidad del Estado, sino de toda la sociedad.