BOGOTÁ (COLOMBIA). Viernes 6 de Diciembre de 2024. Nicolás Escobar, sobrino del capo Pablo Escobar, desmiente muchas de las historias contadas por alias Popeye, calificándolo de mitómano y cuestionando su relevancia en el Cartel de Medellín. Estas declaraciones han reavivado el debate sobre la verdadera historia de uno de los periodos más oscuros de Colombia.
La imagen de Popeye según Nicolás Escobar, el sobrino de Pablo Escobar
Nicolás Escobar asegura que “Popeye” exageró su rol en el cartel para ganar notoriedad pública y beneficios legales. Según él, Popeye nunca fue un jefe dentro de la organización y no tenía un “combo” propio, lo que contrasta con su autoproclamada posición de liderazgo. Además, Nicolás afirma que Pablo Escobar lo mantenía cerca por su capacidad para contar chistes y amenizar los momentos de tensión, pero no por su habilidad como sicario.
Un hombre rodeado de mentiras
El sobrino del narcotraficante también destaca que Velásquez se ganó una reputación de “sapo” dentro del cartel, ya que proporcionaba información a las autoridades para reducir su condena. Nicolás menciona un caso en el que Popeye acusó injustamente a Alberto Santofimio Botero de estar involucrado en el asesinato de Luis Carlos Galán Sarmiento, algo que, según él, es completamente falso. Esta tendencia a manipular la verdad, señala Nicolás, hizo que incluso dentro del cartel fuera percibido como poco confiable.
La teatralidad de “Popeye”
Otra de las críticas de Nicolás se centra en la teatralidad de Velásquez. Desde inventar historias hasta fallar en demostraciones de habilidades básicas, como disparar una pistola de paintball, Nicolás describe a “Popeye” como un personaje más preocupado por construir un mito que por ser fiel a la verdad. Incluso en prisión, Velásquez continuó fabricando relatos que lo posicionaban como una figura central del cartel, cuando en realidad, según Nicolás, era simplemente un hombre en busca de atención.
¿Cuál es la verdad?
Las declaraciones de Nicolás Escobar invitan a cuestionar las narrativas construidas por “Popeye” y otros protagonistas de esa época. Aunque Velásquez pagó con 26 años de prisión, su legado sigue dividiendo opiniones entre quienes lo ven como una fuente de información valiosa y quienes, como Nicolás, lo consideran un mitómano que manipuló la verdad.